Descubriendo Albania: entre Patrimonio y Arqueología
Entre estrechas callejuelas, cascos antiguos fortificados, mercados donde se encuentran telas de lino y algodón, mermeladas y miel, casas de grandes ventanas y techos de piedra, en un entorno mágico entre iglesias y mezquitas, empieza nuestra aventura.
El viaje empieza en la ciudad de Berat, que parece suspendida en el tiempo y el espacio, donde nos adentraremos en la cultura y las tradiciones del centro-sur de Albania. Ejemplo de la arquitectura otomana, en 2008 la ciudad entra en la lista de los bienes culturales elaborada por la UNESCO, y es declarada Patrimonio Mundial por la misma organización. La »ciudad de las mil ventanas» conserva preciosos iconos de estilo bizantino realizados en el siglo XVI por el maestro Onufri (el pintor albanés más importante) que son exhibidos en el museo dedicado a él y alojados en la Iglesia de la Dormición de la Virgen María (construido en 1797 sobre las ruinas de una iglesia del siglo X).
La entrada de la ciudadela de Berat
Desde la ciudad de «las mil ventanas» nos vamos hacia la «Ciudad de las piedras»: Gjirokastra (que significa fortaleza plateada). Centro Patrimonio de la Humanidad con un casco antiguo que guarda entre sus muros las culturas griega, romana, turca y albanesa. El símbolo de la ciudad, como indica su nombre, es la imponente fortaleza que cada cinco años alberga un importante Festival Nacional de Folklore (nacido en 1968), el Folklorik Kombëtar i Gjirokastrës, en el que participan grupos musicales que no solo vienen de todas partes del país, sino también de Kosovo, Macedonia, Montenegro, Italia… A lo largo de la subida hacia a la puerta del castillo, en la intersección de cinco calles comienza el corazón de la ciudad vieja, donde se alternan cafeterías tradicionales con tiendas de artesanía local que nos ofrecen cerámica pintada a mano, lana y algodón. Imperdibles son los edificios más típicos de la ciudad: los kules, un tipo de casa-torre de origen turco y característico de la región de los Balcanes. Este tipo de edificio, alcanzó su madurez en el siglo XVII. En Gjirokastra se encuentran además algunos ejemplos de kules más elaborados que datan de principios del siglo XIX. Estas casas otomanas en su mayoría pertenecen a familias nobles locales. Cómo el caso de palacio Skenduli, hoy bajo la protección de la UNESCO. Con un poco de suerte se pueden visitar sus habitaciones finamente decoradas con frescos e incrustaciones de madera de mano de su propietario Skendull Saim, miembro de una de la más antiguas familias nobiliarias del país.
Fortaleza de Gjirokastra
Dejamos el interior del país a nuestras espaldas y seguimos nuestro viaje hacia el sur, hasta llegar al sitio arqueológico de Butrint. Desde aquí se puede subir a Saranda, o Porto Edda, como se le llamaba entre 1940 y 1944, en honor a Edda Ciano hija de Mussolini .
Una vez llegado a Saranda, el excelente pescado y la vista de la isla griega de Corfú te hacen olvidar por un momento la fealdad y los eco-monstruos construidos prácticamente en el mar hasta el año pasado.
Vista de Saranda
No muy lejos está el sitio de Butrint (a unos 18 km de Saranda), que refleja el pasaje de los griegos, romanos, bizantinos, turcos y venecianos, y que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1992. En este hermoso parque arqueológico encontramos edificios helenísticos del siglo IV a.C., incluyendo el teatro dónde se organizan espectáculos de teatro y ballet. Las estructuras griegas se alternan con ruinas de templos, fuentes, baños y tumbas de la época romana que a su vez dejan el paseo a las iglesias bizantinas. En este sitio arqueológico en 1928, una expedición arqueológica italiana dirigida por Luigi Maria Ugolini devolvió a la luz un baptisterio del siglo VI d.C., que representa el segundo baptisterio más grande del Imperio Romano de Oriente después del de Santa Sofía en Constantinopla.
Butrint Baptisterio
Así acaba nuestro viaje por el centro y sur de Albania, en el medio del Mediterráneo en un constante cruce de poblaciones, cultura e historia. Lugares donde el pasado y el presente se encuentran y transportan nuestro alma hacia el futuro.
Acerca del autor

Andrea Vincenti
Arqueólogo y cooperante. Viajero y Knowmad. Trabajo desarrollando proyectos que generan impacto positivo en la sociedad a través de proyectos sociales que involucran patrimonio y comunidades locales, buscando la mejora de la vida de las personas.
Increíble!! Y bello país tiene lugares y paisajes..dignos para el turista.le doy 5 estrellas.