El novelista Ian McEwan cree que artistas y científicos tienen mucho en común. Que ambos se pasan el día sentados con sus pies sobre el radiador, mirada perdida a través de sus ventanas, y un cuaderno a corta distancia. Que ambos viven en un mundo de ideas creativas pero cargadas de niebla, un poco de talento, un poco de suerte, y un poco de modismo. A todo eso le añadiría yo un poco de inspiración. Quizás debido a dichas similitudes, a veces el proceso o el producto final de un descubrimiento científico podría pasar por artístico. De hecho, no es raro encontrar fotografías e interpretaciones de hallazgos científicos en galerías de arte. Por otra parte, y de acuerdo con el renombrado neurobiólogo Semir Zeki, “los pintores hacen de neurólogos estudiando el cerebro con técnicas que solo ellos conocen”. A nosotros nos gustan los pajares de Monet quizás porque el pintor supo utilizar una noción practica de cómo el cerebro humano percibe los colores. O en sus pinturas Jackson Pollock supo cómo estimular un circuito específico de células en nuestras cortezas visuales.
[adswazo]
O quizás todo haya sido una mera coincidencia y lo que tenemos en común artistas y científicos es nuestra audiencia. Si es este el caso, el científico que hay en mí querrá hacer de artista y pasar más tiempo en el microscopio ajustando tiempos de exposición, concentraciones de fluoróforos y cualquier otro parámetro que pueda añadir valor artístico a sus experimentos. Aquí va su primer intento: una foto de microscopia de fluorescencia en la que se ve una célula pre-cancerígena. En su campo de estudio hay gente que sostiene que un aumento en la producción de radicales libres induce mutaciones en el ADN que convierte células normales en tumores. En la fotografía, mitocondrias (en verde) bombardean el núcleo (ADN teñido en azul) con radicales libres (en rojo). La misma foto se ha editado en Adobe Photoshop para hacer el efecto de radicales libres un poco mas dramático. El resultado: ¿Arte o Cáncer?
Notas técnicas Fotos en portada y en el banner: Células de glándulas salivares humanas pre-cancerígenas (cordialmente cedidas por Dr. Peter Sacks, New York University) se han incubado con marcadores fluorescentes para teñir el ADN (Hoescht 33342), las mitocondrias (Mitotracker Green) y radicales libres (MitoSox Red). Las células se han mantenido en medio de cultivo a 37 grados centígrados y una atmosfera de 5 % de CO2. Para adquisición de imágenes se ha utilizado un microscopio invertido (Nikon TE 2000 controlado por el programa NIS Elements AR) con una lámpara de xenón de arco corto, objetivos de magnificación 100 X, y una cámara fotográfica CCD de 8 megapíxeles. En tamaño real la fotografía mide 25 x 25 micrómetros (1 micrómetro corresponde a 0,000000000001 metro).
Otros artículos de Pablo Peixoto en Wazo Magazine:
Wazo Magazine N.1: THE ARMORY SHOW
Wazo Magazine N.7: Los cientificos y las redes sociales
Acerca del autor

Pablo Peixoto
Another mitochondriac in the city